Cala Sur (Isla de Tabarca)
Nadie debería escapar a la atracción y el encanto que desde mar adentro ejerce la Isla de Tabarca. Si bien las islas son por definición enclaves a los que nos cuesta llegar, la isla nos devuelve con creces el esfuerzo, pues en muy pocos metros cuadrados recoge la esencia de una parte de nuestra historia y en ella, el tiempo parece pararse o dar saltos hacia el pasado cuando doblamos una esquina.
La isla, o mejor dicho el mar que la envuelve, constituye una reserva marina de gran valor que ayuda a preservar las pesquerías más valiosas para las generaciones venideras. El buceo deportivo es otra más de las posibilidades, siempre cumpliendo la normativa vigente.
El recorrido por la isla a pie es una delicia que cabe probar alguna vez y así, con el cuerpo tonificado y el apetito despierto, dejarse querer por alguno de los múltiples lugar que acaban por conquistarnos con los olores de la siempre fresca y abundante pesca local.
La cala sur se sitúa del otro lado del pequeño puerto donde recalan las embarcaciones que vienen desde Alicante o Santa Pola principalmente; las barcazas realizan la entretenida travesía de apenas cinco kilómetros que separan la isla de la costa. También pueden utilizarse los rápidos y siempre eficaces barco-taxis, que desde Santa Pola realizan la travesía en grupos muy reducidos y ambiente más familiar que las temporalmente abarrotadas barcazas.
Durante el verano son numerosos los establecimientos donde degustar el siempre sabroso calamar, sardinas o, por supuesto, los tradicionales calderos con pescado de roca donde el arroz reserva la esencia de nuestro Mediterráneo.
La playa es pequeña y recogida y, por su orientación, generalmente de apacibles y cristalinas, verde azuladas aguas.