L’Aljub – Pinet (Santa Pola)
Desde el cabo de Santa Pola y más concretamente desde su faro, puede uno soñar con lejanas travesías marinas, visitar a vuelo de pájaro la Isla de Tabarca o atisbar la lejana capital de la provincia, la ciudad de Alicante, sumida en su bullicio.
En las faldas de la sierra que conforma este más bien redondeado cabo, se ubica un tramo de playas singulares en su paisaje, con tramos con pocas aglomeraciones y no siempre dotadas de todos los servicios o los accesos esperados pero, impactantes, especiales y bellas.
Desde las salinas de Santa Pola situadas al sur del cabo hacia el norte y declaradas parque natural, son variadas las oportunidades de intimar con el mar, la arena, la roca y el espléndido clima.
Así encontramos la playa del Pinet, rodeada de dunas y una explotación salinera visible desde lo lejos por las enormes montañas de sal que relumbran en la distancia: el paraíso del ave fénix, el flamenco, que resurge de sus propias cenizas; el ave sagrada egipcia por excelencia; el dominio de anátidas y zancudas.
Desde el faro hacia el norte pero transitando por la ribera del mar se ubica la cala del Aljup, decorada en el cielo por los color es de multitud de parapentes que catapultados desde lo alto de la sierra buscan un feliz aterrizaje al borde del mar.